domingo, 5 de noviembre de 2017

¿Realmente es tan grave la mentira en la fotografía?

¿Realmente es tan grave la mentira en la fotografía?

¿Realmente es tan grave la mentira en la fotografía?

¿Realmente es tan grave la mentira en la fotografía?

Esta semana ha aparecido un artículo de José Latova sobre la supuesta manipulación de una de las fotografías que hizo Robert Capa durante la guerra civil española. Esos niños no estaban ahí, los llevó él para hacer un montaje. No es la primera vez ni la última que pasa algo semejante. ¿Pierde valor la fotografía por no reproducir una escena real?

Robert Capa está en entredicho desde hace mucho tiempo. Dicen que no es tan importante como parece ni tan buen fotógrafo como nos quieren hacer creer. Cada vez más autores, como el propio José Latova, cuestionan la integridad del fotoperiodista que terminó formando parte del equipo original de la agencia Magnum.

En este caso se analiza otra de las fotografías icónicas del autor. Cuatro niños entre las ruinas de una casa destrozada por la artillería. Después de analizar los contactos de la famosa maleta mexicana, se puede observar que esos niños aparecen una y otra vez en distintos lugares de la ciudad asediada. Robert Capa, personaje americano inventado por Endre Friedmann y Gerda Taro, buscaba la forma de ganar dinero rápido con sus fotografías. Y si comunicaban el dolor y el asedio que sufría la sociedad civil, mejor que mejor.

Sus más que probables mentiras sirvieron para llevar a portada la primera guerra totalmente documentada y el sufrimiento de toda una sociedad. El poder de los medios para hacer y deshacer historias y conflictos según los intereses de los gobiernos. Lo mismo pasa con su famosa y manida fotografía del miliciano muerto. Se da por cierto que es mentira, que ni mucho menos es el último suspiro de vida de un soldado. Pero se ha convertido en un símbolo a la misma altura que el Guernica de Picasso.

El problema de la fotografía

Y es que la fotografía no puede ser verdad o mentira. En un artículo que escribí hace tiempo en mi blog, un lector hizo una observación muy inteligente:

Es un tema recurrente que creo que se aborda desde una perspectiva equivocada. La fotografía no es verdad ni es mentira, son propiedades no aplicables al concepto de imagen (o cuadro, o escultura). La fotografía, como la pintura o la escultura construye modelos de la realidad, es decir, captan solo una parte de la misma. El hecho de que no incluyan la totalidad, algo imposible, no las hace falsas, solo parciales. Igual que nuestra vista, por ejemplo, que es ciega a la mayor parte de la longitudes de onda del espectro electromagnético. El hecho fotográfico o pictórico es que esa parte que se recoge transmita sensaciones a quien la observa. La verdad o la mentira no tienen nada que ver con ese proceso.

Los fotógrafos solo enseñamos una parte de la realidad. Encima está tamizada por la técnica que empleemos. Y luego todo depende del acabado final. Algo que está más cuestionado que nunca hoy en día por el uso de los programas de edición. Siempre se ha dicho que la fotografía es verdad y que lo que vemos entre cuatro márgenes es una copia, un calco perfecto de lo que ha pasado. Desgraciadamente mucha gente piensa que las cosas son blancas o negras. Sin matices. Un error en el que no se puede caer.

Partiendo de esta observación nos podemos plantear muchas cosas. Y podemos ver el fotoperiodismo desde muchas ópticas distintas. Queremos que lo que saca el fotógrafo sea exacto, que no haya manipulación alguna. Pedimos pura objetividad a algo que no puede serlo. Si somos de un partido pensamos que un periódico de otro ve las cosas bajo su prisma. Y no nos parece bien. No creo que la fotografía pueda tener una ideología, pero es evidente que puede ser dirigida por un titular o una edición adecuada. Pero me estoy metiendo en camisa de once varas...

La mentira en la historia de la fotografía

Pero la historia de la fotografía ha vivido muchos casos similares. No solo Robert Capa nos hizo creer algo que no pasó realmente como muestran las imágenes. Ojo, no estoy hablando del revelado posterior, sino de la escenificación del momento para crear una impresión en el espectador.

Los fotógrafos decidimos disparar en un momento u otro. Puede que tardemos cinco segundos en hacer la foto. O dejemos pasar a la gente durante mucho tiempo hasta que la composición sea perfecta. A lo mejor podemos hasta esperar que la luz sea inmejorable. O directamente hacemos clic sin pensar en nada, con el único objetivo de ser fieles a la realidad que vemos. La realidad cambiará en cada momento en función de nuestra forma de mirar o necesidades.

Podría ilustrar la manipulación con varios ejemplos más conocidos pero voy a quedarme con el padre del fotoensayo y con el clásico indiscutible de la fotografía de calle: Eugene Smith y Robert Doisneau.

Eugene Smith en Deleitosa

En un viaje de 19 días contó la historia de todo un año de un pueblo. No soy bueno en matemáticas, pero no me salen las cuentas. No entiendo cómo consiguió sacar el arado y la siembra, el trillado y el aventado del grano en tan poco tiempo. Es un ejemplo de todo lo que hizo para contar su historia y lograr su objetivo: Evitar que el gobierno americano ayudara económicamente a la dictadura.

No dudó en manipular la realidad para crear un discurso coherente con su idea principal. Es verdad que todo estaba muy mal, pero aún en la miseria que se vivía entonces, una familia extremeña jamás hubiera celebrado una comunión con sus hijos sucios y descalzos. Todo lo que estamos viendo en su famoso reportaje Spanish village es una pura escenificación.

¿Pierde valor su trabajo? Es verdad que en este caso no consiguió su objetivo, pero hizo plantearse muchas cosas. Y sobre todo está considerado el padre del ensayo fotográfico, todavía hoy vigente y premiado.

Robert Doisneau y la realidad francesa

Todos conocemos el famoso juicio que llevó a Robert Doisneau a odiar una de sus fotografías más icónicas. No fue famosa en su momento, pero la reproducción en cientos de carteles llevó a muchos a decir que eran los protagonistas del beso en el ayuntamiento de París. Doisneau tuvo que confesar que eran actores pagados. Lo que vemos en esa foto no es real. Es una escenificación.

Profundizando un poco más en el tema, podemos leer uno de los mejores libros que he encontrado sobre su figura: Robert Doisneau. Pescador de imágenes de Quentin Barjac de la editorial Blume. Y en este libro descubrimos que uno de los mejores fotógrafos de calle, inspirador para muchos fotógrafos por el fiel reflejo de la sociedad francesa, más que encontrar imágenes en la calle después de horas de zapato lo que hacía era forzar situaciones.

Me explico. Algunas veces pescaba la imagen. Pero no dudaba en pedir repetir una situación que había visto porque no le había dado tiempo a fotografiarla. O simplemente forzar a que algo pasara. Es muy famosa la serie en la que colgó un cuadro de un desnudo en un escaparate y plasmó las expresiones de la gente que se detenía a mirar. O la serie completa de los besos por París. O aquel momento en el que puso a un pintor a hacer un desnudo en la calle y fotografió a un señor curioso con un perrito...

Conclusión

Parece que la entendida pureza de la fotografía es algo que preocupa más en la actualidad. O que realmente nunca ha importado mientras el disparo, la fotografía, sea capaz de comunicar una idea en concreto, la que más interese al que publique la foto. En el mundo del fotoperiodismo no debería permitirse alteración alguna, pero como bien recuerda esta exposición que podemos ver en Nueva York hasta el dos de agosto, siempre ha habido pequeños apoyos para que el mensaje penetrara con más facilidad en la mente del espectador.

Es un debate complicado. Si somos estrictos muchas fotos históricas están manipuladas como la foto de la bandera de la batalla de Iwo Jima por Joe Rosenthal, que todavía alberga dudas sobre el momento original; o la famosa foto de la niña envuelta en napalm de Nick Ut, que está recortada para que no se vieran los demás fotógrafos... Pero estos ejemplos no dejan de ser fotografías icónicas que han cambiado las cosas.

Mentira I ¿Es mentira o no?

Sinceramente no sé qué pensar. Quiero creer en la ética de todos los fotógrafos. Pero a lo largo de la historia vemos que ha importado más el mensaje final que la pura objetividad que se le exige a la fotografía por defecto. Y esto es algo que sabemos que no es verdad ¿Qué pensáis vosotros?

En Xataka Foto | Fotografía, una mentira consensuada o ¿no?



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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Los maravillosos retratos de Irving Penn, maestro del 'menos es más'

Los maravillosos retratos de Irving Penn, maestro del 'menos es más' - Cultura Inquieta

Los maravillosos retratos de Irving Penn, maestro del 'menos es más'

Irving Penn es junto a Richard Avedon y Helmut Newton uno de los grandes retratistas y fotógrafos de moda estadounidense.

La carrera de Penn abarcó casi seis décadas y un amplio espectro de trabajos, especialmente para la revista Vogue, pero también retratos, fotografías publicitaria y de tribus. El clásico 'menos es más' se convirtió en su lema. Revivió la técnica de platino-paladio. El dominio de la luz en estudio y el fuerte contrate del blanco y negro fueron su marca personal.

Isabella RosselliniIrving Penn Cultura Inquieta

Irving Penn (Plainfield, Nueva Jersey, 16 de junio de 1917 – Nueva York, 7 de octubre de 2009) estudió dibujo, pintura y diseño gráfico en la Escuela de Artes Industriales del Museo de Filadelfia –actual University of the Arts– donde se licenció en 1938. Su profesor fue Alexey Brodovitch, quien más tarde también sería su supervisor en la revista Harper's Bazaar, donde Penn trabajó a sus órdenes en su etapa de estudiante.

En este periodo, Harper's Bazaar publicó varios dibujos suyos en la revista. Trabajó durante dos años como diseñador freelance y empezó a realizar sus primeras fotografías como amateur antes de que en 1940 Brodovitch fuera contratado como director de arte en los almacenes de lujo Saks en la Quinta Avenida. Una vez dentro, el maestro quiso contar nuevamente con el talento de Penn, que estuvo trabajando en Saks durante un año antes de partir rumbo a México, donde se dedicó a la pintura durante un año.

Ingmar BergmanIrving Penn Cultura Inquieta 2

Rudolf NureyevIrving Penn Cultura Inquieta 3

Cuando Irving Penn volvió a Nueva York, Alexander Liberman le ofreció entrar en el Departamento de Arte de la revista Vogue. Después de un tiempo trabajando como diseñador, Liberman le impulsó que probara con la fotografía. Pronto descubrió su pasión por esta disciplina.

Tras largas horas de experimentación con la luz y en el cuarto oscuro, Penn logró el dominio técnico. Pero el secreto de su arte partía de una convicción: el ingrediente más importante en la fotografía está en la captura un alma –ya sea a través del vuelo de un vestido o un trozo de carne–, es parte de un mismo misterio que no puede ser conocido.

John UpdikeIrving Penn Cultura Inquieta 4

Yves Saint LaurentIrving Penn Cultura Inquieta 5

La primera portada para Vogue de Penn fue publicada en octubre de 1943. El fotógrafo pidió una cámara prestada. Por aquel momento aún no figuraban modelos en la portada, y arregló un bodegón con un bolso de piel y tela marrón, un pañuelo gris, una lámina con cítricos y una nota colgada en una pared en que se anunciaban los contenidos del mes: 'zapatos y accesorios'. Fue el lanzamiento de una larga carrera en la que continuó trabajando en la revista fotografiando cubiertas, retratos, naturalezas muertas, la moda, y ensayos fotográficos.

La modelo Lisa Fonssagrives-Penn fue su esposa y su musa, a la que inmortalizó en la famosa Woman With Roses, tomada en 1950. Truman Capote, Jean Cocteau, Marlene Dietrich, Jean Cocteau, Colette, Alfred Hitchcock o Miles Davis son otros de los personajes que quedaron inmortalizados por su cámara.

Truman CapoteIrving Penn Cultura Inquieta 6

Francis BaconIrving Penn Cultura Inquieta 7

Irving Penn marcó con su técnica un antes y un después en la fotografía de moda apoyado en un enfoque vanguardista, el uso agresivo del contraste en el blanco y negro, y el tratamiento de los retratados como objetos. La sencillez era su marca y en base a ella Irving Penn sacaba a la luz lo mejor de aquello que retrataba, ya fuera una modelo, un personaje famoso o un objeto. En sus fotografías, el sujeto solía posar ante un sencillo fondo blanco o gris, usando la simplicidad más efectivamente que otros fotógrafos del momento. Permaneció fiel durante toda su vida a las tomas en estudio y bajo determinadas condiciones de iluminación. Penn era un compositor de imágenes, en su estudio trabajaba casi como un pintor con su lienzo. Imprimió sus propias fotografías y revivió la técnica de platino-paladio.

A finales de los sesenta viajó a Latinoamérica y África, donde trasladó su estudio portátil, para fotografiar nativos pero descontextualizados de su hábitat, con su misma técnica de fondo. En 1983 conoce al diseñador de moda Issey Miyake con quien estableció una estrecha colaboración desde 1983 hasta 1999.

El clásico 'menos es más' se convirtió en su lema, llegando a afirmar: «Fotografiar un pastel también puede ser arte».

Jasper JohnsIrving Penn Cultura Inquieta 8

Alberto GiacomettiIrving Penn Cultura Inquieta 9

Audrey HepburnIrving Penn Cultura Inquieta 10

Ingmar BergmanIrving Penn Cultura Inquieta 11

Richard BurtonIrving Penn Cultura Inquieta 12

Miles DavisIrving Penn Cultura Inquieta 13

Joan DidionIrving Penn Cultura Inquieta 14

Philip Seymour HoffmanIrving Penn Cultura Inquieta 15

Jean CocteauIrving Penn Cultura Inquieta 16

Marc JacobsIrving Penn Cultura Inquieta 17

Leontyne PriceIrving Penn Cultura Inquieta 18

Martin ScorseseIrving Penn Cultura Inquieta 19

Dora MaarIrving Penn Cultura Inquieta 20

Tom StoppardIrving Penn Cultura Inquieta 21

Louis JouvetIrving Penn Cultura Inquieta 22

Helmut NewtonIrving Penn Cultura Inquieta 23

Al PacinoIrving Penn Cultura Inquieta 24

Pablo PicassoIrving Penn Cultura Inquieta 25

Louise BourgeoisIrving Penn Cultura Inquieta 26

Carson McCullersIrving Penn Cultura Inquieta 27

Isamu NoguchiIrving Penn Cultura Inquieta 28

Nicole KidmanIrving Penn Cultura Inquieta 29

Robin WilliamsIrving Penn Cultura Inquieta 30

Irving Penn: Website
via graffica



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