El Realismo pictórico, es un movimiento que
intenta plasmar objetivamente la realidad.
Se extiende a todos los campos de la creación humana aunque tuvo una importancia especial en la
literatura.
En el caso concreto de las
artes plásticas, el realismo consigue la máxima expresión en Francia, casi exactamente, en la
mitad del siglo XIX.
El realismo es un término confuso y de muy difícil definición en lo que respecta a las artes plásticas; en general, sólo alude a una cierta actitud del artista frente a la realidad, en la que la plasmación de ésta no tiene que ser necesariamente copia o imitación, aunque sí ajustarse a una cierta visión generalizada.
El objetivo del Realismo era conseguir
representar el mundo del momento de una manera verídica,
objetiva e imparcial. Por lo tanto,
el Realismo no puede idealizar. El manifiesto se basaba en lo siguiente:
La única fuente de inspiración en el arte es la realidad.No admite ningún tipo de belleza preconcebida. La única belleza válida es la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla.
Cada ser u objeto tiene su belleza peculiar, que es la que debe descubrir el artista.
La ideología del arte realista
Desde el punto de vista ideológico, el realismo queda vinculado a las ideas socialistas más o menos definidas. Aunque con claras diferencias entre los distintos autores, en general se aprecia un interés por la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad surgida de la Revolución industrial. Algunos, adoptan una actitud absolutamente comprometida con los intereses del proletariado, participa en acontecimientos políticos del momento y hace un arte combativo. Otros, mantienen una postura más moderada, y endulzan de alguna forma su visión de la realidad.
Todos ellos comparten una estética basada en la representación directa de la realidad. El arte realista entiende que no hay temas banales y que, en consecuencia, cualquier cuestión puede ser objeto de interés pictórico.
Este planteamiento tiene una enorme importancia en un momento en el que la pintura está sometida a reglas extraordinarias de la crítica oficial: los temas, las actitudes, las composiciones y hasta las medidas de los cuadros tiene que ajustarse a estos rígidos criterios.
Pintura Realista
En las décadas centrales del S. XIX, el Romanticismo y su idealización de la historia, de la sociedad y sobre todo de la naturaleza, cuyo tratamiento era un motivo de evasión, deja paso a una corriente que se interesa por la realidad.
El realismo surge después de la revolución francesa de 1848. El desencanto por los fracasos revolucionarios hace que el arte abandone los temas políticos y se concentre en temas sociales.
La industrialización determinó la desaparición del artesanado y la formación de una numerosa población obrera acumulada en los centros urbanos.
Con ello, las condiciones de vida económica y social sufren una alteración profundísima, que se refleja en las ideologías.
Los artistas toman conciencia de los terribles problemas sociales como el trabajo de niños y mujeres, los horarios excesivos, las viviendas insalubres y consideran que deben denunciar estas lacras.El hombre es representado en sus tareas normales y el tema de la fatiga se convierte en motivo de inspiración.
Quienes mejor manifiestan este cambio son los
paisajistas de la Escuela de Barbizón, que a través del paisaje transmitieron la conquista de la realidad. La escuela fue creada por Rousseau y la integraron un grupo de artistas que se propusieron construir un tipo de pintura diferente. Realizaron un estudio objetivo y directo de la naturaleza plasmando los sentimientos que ésta les despertaba. A ellos les debemos el inicio de la práctica de pintor al aire libre, pues tomaban sus apuntes directamente de la naturaleza y luego ejecutaban sus obras definitivas en el estudio.
Jean François Millet (1841-1875), hijo de campesinos pobres, fue uno de los máximos representantes de la Escuela de Barbizón. Se distinguió como paisajista, pero en sus paisajes no olvida nunca a los
campesinos, humildes, cabizbajos, pesimistas y redimidos por el trabajo. Es el mejor intérprete de la vida campesina y del hambre y la miseria que éste trae consigo. Contempló de cerca la situación en la que vivía, pero no la denunció en sus pinturas, sino que la representó tal y como era,
plasmó la realidad. Sus obras más características son Los Gavilladores, El Ángelus, Los canteros, La costurera, La colada y Las espigadoras.
 |
El Ángelus. Millet |
 |
La Colada. Millet |
 |
Los Gavilladores. Millet |
 |
Las Espigadoras. Millet |
En esta última, muestra el trabajo rural, pero haciendo hincapié en lo social.
Tres campesinas ataviadas con la vestimenta típica normanda recogen inclinadas los restos de la cosecha, el trabajo más duro y menos reconocido entre las tareas rurales.
Sus posturas reflejan la fatiga que provoca su labor. Los personajes se sitúan en primer plano elevándolos a la categoría de héroes y la iluminación infiere dramatismo a toda la escena.
Las pinturas de Gustave Courbet (1819-1877) suscitaron enormes polémicas por su selección de temas vulgares como Un entierro en Ornans (1849) y por sus ideas pragmáticas sobre el arte. Ornans es su pueblo natal. Este entierro es una de las obras en las que más claramente aparece una manera nueva de ver la realidad. El tema se podía haber tratado solemnemente, pero lo hace de forma peculiar, es un cuadro desolador. Se trata de un entierro en un pueblo al que asisten los aldeanos y el clero y apenas hay diferencias entre ellos, en un intento de hacer crítica.
Al contrario que en los cuadros que representan entierros y en los que está presente lo religioso invocando el más allá,
aquí todo es deprimente, no se espera ni se cree nada.
 |
Un entierro en Ornans. Gustave Courvet |
Una de sus obras más significativas, que denotan el modo de ser del autor, es
El Taller (1855). Aquel año, no siendo admitido por el jurado en el Salón, inauguró una exposición particular paralela a la Exposición Universal y allí exhibió su enorme lienzo. En el cuadro resume su mundo social.
Courbet aparece en el centro dando los últimos retoques a un paisaje de su tierra natal, un muchacho mira como pinta y detrás del artista está su musa, un bello desnudo de mujer que personifica sus modelos vivientes. A la derecha, sus amigos, los artistas, y a la izquierda, los miserables y quienes viven explotando su miseria. |
El Taller del Pintor. Gustave Courvet |
Otras obras son
Buenos días, señor Courbet (1854), Jóvenes a orillas del Sena (1856-57), La Siesta (1866), Mujer en las olas (1866), Las Bañistas (1853). Cultivó el desnudo femenino con gran libertad e incluso a veces con total impudor. Su trayectoria artística se mezcla con su actividad política, llegando a ser director de Bellas Artes durante el periodo de La Commune de 1871. Al término de esta experiencia revolucionaria tuvo que exiliarse en Suiza, donde falleció en 1877.
 |
Buenos días, señor Courbet (1854) |
Si Millet se muestra conformista con la realidad que le toca vivir,
Honoré Daumier (1808-1879) se muestra crítico y satírico. Se fija en la sociedad y en determinados grupos sociales, poniéndose al lado de los desfavorecidos. Algunos de sus temas evocan el mundo de la marginación como Los presos y Los mendigos. En
El vagón de tercera clase reivindica la dura vida de las clases populares en las grandes ciudades. La ternura que despiertan los personajes en el espectador contrasta con la sofisticación industrial del tren.
 |
El vagón de tercera clase |
En El baño de las muchachas, los personajes son mujeres que se bañan en el Sena, en plena ciudad. Es una imagen patética. Aparece una muchacha que se moja los pies acompañada de una serie de personajes amorfos, casi sin facciones ni rasgos que representan trabajadores. Sus vidas se limitan al trabajo, el esfuerzo los deforma y les roba su identidad.
También fue un gran difusor de la caricatura , mediante la que hacía críticas mordaces a la sociedad y al gobierno de Luis Felipe de Orleáns, lo que le costaría la cárcel
Los artistas realistas
Gustave Courbet (1819-1877) es el pintor realista que mantiene un compromiso político personal más firme. Como Delacroix, cree que la pintura es un instrumento muy eficaz en la lucha para defender sus ideas. Sin embargo, Courbet se distancia clarísimamente de sus predecesores en la forma de entender el arte.Courbet rechaza la realidad que le rodea, pero, en vez de huir, lo que haces es mostrárnosla en toda su crudeza para que compartamos con él los mismos sentimientos de rechazo y, en consecuencia, reaccionemos en contra.
Jean-François Mollet (1814-1875) es una de las figuras más discutidas del realismo francés. Su pintura tiene un atractivo indudable que le ha hecho ganar el favor del público. Sin embargo, críticos e historiadores le han acusado de traicionar el verdadero espíritu realista porque endulza en exceso la vida de los campesinos –su gran tema- para hacerla aceptable al gusto burgués.
Honoré Daumier (1808-1879) es otro de los grandes del arte realista. Era pintor, escultor y caricaturista, y en todas sus facetas se mostraba como un observador agudo de la realidad dispuesto a criticarla con dureza, aunque también con un punto de ternura.
ESCULTURA Y REALISMO:
Entre los escultores de la época realista, quien más destaca es
Auguste Rodin (1840-1917).Desde su primera gran obra,
La Edad de Bronce (1877), provocó un gran debate motivado por su
intenso realismo. Algunos críticos acusaron al artista de haber realizado la escultura sobre un propio modelo vivo.
 |
La Edad de Bronce |
Más tarde, una segunda escultura, Predicación de San Juan Bautista (1879), revelaría la principal característica de su arte: el establecimiento de los gestos humanos. Ese mismo objetivo se reflejaría en su obra El Pensador, probablemente la obra más conocida del autor.
De hecho, incluso la clasificación de la obra de Rodin lo más realista es controversial. Algunos críticos lo consideran romántico debido a la fuerte emoción que traducen sus obras. Todavía hay quienes ven la escultura de Rodin características del impresionismo, un movimiento al que fue contemporáneo y que revolucionó, en la época, a la pintura europea.
 |
Auguste Rodin |
 |
El Pensador. |