Edward St. John Gorey combinó a la perfección en sus libros ilustrados el tono macabro y el sentido del humor. Nacido en Chicago el 22 de febrero de 1925, tuvo una vida llena de excentricidades que pronto reflejó en sus bocetos, de sencillos trazos, que influenciaron a grandes del cine como Tim Burton. Se decía que tenía una colección de bebés muertos y solía vestir abrigos de pieles con zapatillas deportivas. Edward Gorey fue el padre de personajes pálidos, escuálidos, desgraciados, inmersos en tragedias que, sin embargo, divertían a los lectores por su fina ironía doble mensaje.
«Cuando el mundo parece especialmente frágil, no hay nada más tranquilizador que una historia que quizá no nos tocará vivir. Para algunos, el consuelo consiste en leer una aterradora novela de crimen y misterio… o un libro de Edward Gorey. Como bien saben todos los adictos a Gorey». New York Magazine
«No sé si de verdad recuerdo cómo era ser niño. En mi obra uso mucho a los niños, porque son tan vulnerables…». Edward Gorey


Asfixiados por alfombras, engullidos por el fango, atacados por osos o consumidos por las llamas, veintiséis niños inocentes descubren, sin tiempo para sorprenderse, el extremo riesgo de vivir.
Celebrada como la obra maestra de Edward Gorey, Los pequeños macabros, muestrario alfabético de destinos trágicos, alumbra el lado más transgresor y visionario de un artista excepcional.



No hay comentarios:
Publicar un comentario