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Autorretrato de Irving Penn |
Irving Penn es probablemente uno de los grandes retratistas fotográficos del siglo XX.
Nacido en Nueva Jersey en 1917, se dedicó principalmente a la fotografía de moda y los retratos.
Este genial fotógrafo desempeñó su trabajo en numerosos medios, pero se debe destacar su papel en la revista femenina Vogue, en la que publicó su primera portada el 1 de octubre de 1943. A lo largo de su carrera retrató a infinidad de personalidades del mundo del arte, la moda y el cine. Es el caso de Woody Allen, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Joan Miró.
Pero centrémonos en lo que más nos interesa: la técnica del fotógrafo. Penn supuso un importante soplo de aire fresco en el panorama artístico, fundamentado en la sencillez de sus fotografías. Hoy en día podríamos hablar de minimalismo. El empleo de una luz tremendamente simple y fondos neutros modificó de pies a cabeza unos cánones hasta ese momento inamovibles. Si nos fijamos, podemos observar que en la gran mayoría de retratos empleó fondos sencillos, blancos o grises, con una ausencia casi total de mobiliario. De hecho, sus modelos acostumbraban a posar sobre una silla, unas mantas o incluso sobre el suelo.
El gran paso en su carrera se produjo al incorporarse a la edición norteamericana de Vogue como ayudante del artista Alexander Liberman (director artístico de la misma). De este modo, poco a poco fue adquiriendo fama y renombre internacional gracias a los retratos de modelos para la publicación, cargados de elegancia y glamour.
Irving Penn, maestro del 'menos es más' en la fotografía
Irving Penn es junto a Richard Avedon y Helmut Newton uno de los grandes retratistas y fotógrafos de moda estadounidense. La carrera de Penn abarcó casi seis décadas y un amplio espectro de trabajos, especialmente para la revistaVogue, pero también retratos, fotografías publicitaria y de tribus. El clásico ‘menos es más’ se convirtió en su lema. Revivió la técnica de platino-paladio. El dominio de la luz en estudio y el fuerte contraste del blanco y negro fueron su marca personal.
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Woody Allen por Irving Penn
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Picasso por Irving Penn |
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Audry Hepburg |
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Salvador Dalí por Irving Penn |
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Marlene Dietrich |
Cuando Irving Penn volvió a Nueva York, Alexander Liberman le ofreció entrar en el Departamento de Arte de la revista Vogue. Después de un tiempo trabajando como diseñador, Liberman le impulsó que probara con la fotografía. Pronto descubrió su pasión por esta disciplina. Tras largas horas de experimentación con la luz y en el cuarto oscuro, Penn logró el dominio técnico. Pero el secreto de su arte partía de una convicción: el ingrediente más importante en la fotografía está en la captura un alma –ya sea a través del vuelo de un vestido o un trozo de carne–, es parte de un mismo misterio que no puede ser conocido.
La primera portada para Vogue de Penn fue publicada en octubre de 1943. El fotógrafo pidió una cámara prestada. Por aquel momento aún no figuraban modelos en la portada, y arregló un bodegón con un bolso de piel y tela marrón, un pañuelo gris, una lámina con cítricos y una nota colgada en una pared en que se anunciaban los contenidos del mes: ‘zapatos y accesorios’. Fue el lanzamiento de una larga carrera en la que continuó trabajando en la revista fotografiando cubiertas, retratos, naturalezas muertas, la moda, y ensayos fotográficos.
La modelo Lisa Fonssagrives-Penn fue su esposa y su musa, a la que inmortalizó en la famosa Woman With Roses, tomada en 1950. Truman Capote, Jean Cocteau, Marlene Dietrich, Jean Cocteau, Colette, Alfred Hitchcock o Miles Davis son otros de los personajes que quedaron inmortalizados por su cámara.
Irving Penn marcó con su técnica un antes y un después en la fotografía de moda apoyado en un enfoque vanguardista, el uso agresivo del contraste en el blanco y negro, y el tratamiento de los retratados como objetos. La sencillez era su marca y en base a ella Irving Penn sacaba a la luz lo mejor de aquello que retrataba, ya fuera una modelo, un personaje famoso o un objeto. En sus fotografías, el sujeto solía posar ante un sencillo fondo blanco o gris, usando la simplicidad más efectivamente que otros fotógrafos del momento. Permaneció fiel durante toda su vida a las tomas en estudio y bajo determinadas condiciones de iluminación. Penn era un compositor de imágenes, en su estudio trabajaba casi como un pintor con su lienzo. Imprimió sus propias fotografías y revivió la técnica de platino-paladio.
A finales de los sesenta viajó a Latinoamérica y África, donde trasladó su estudio portátil, para fotografiar nativos pero descontextualizados de su hábitat, con su misma técnica de fondo. En 1983 conoce al diseñador de moda Issey Miyake con quien estableció una estrecha colaboración desde 1983 hasta 1999.
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