Pero, además de los aspectos físicos, también afectan al recuerdo los aspectos emocionales. Recordamos mejor un rostro que expresa emociones y, sobre todo, si éstas son intensas y diferentes, que otro sin expresividad.
Desde el punto de vista de la transmisión de emociones podemos dividir el rostro en tres zonas:
- Zona correspondiente a la frente y cejas, que están implicadas en el sentimiento de tristeza
- Zona formada por los ojos, implicados en el estado de ánimo y la intencionalidad de las personas.
- Zona de naríz, mejilla, boca y mentón, que están implicados en el sentimiento de alegría
La transmisión de emociones a través del rostro ha generado catálogos que se utilizan en la confección de retratos robots para búsquedas policiales, en efectos especiales en el cine a través de la manipulación digital de imágenes, en programas informáticos con fines didácticos o de entretenimiento, etc.
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